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sábado, 25 de diciembre de 2010

Mi amigo invisible es...

Hola! Siento haberme restrasado tanto para publicar lo de el amigo invisible, bueno, mi amigo invisible es...
oOMarianaOo (Entre libélulas)
Bueno, la verdad, es que he visto varios blogs en los que había fotos o vídeos. Pero yo quería hacer otra cosa:

Querida Mariana:
Sólo te quería avisar de que si ayer vino un señor gordo vestido de rojo y te intentó meter en un saco, espero que no te preocuparas, es que te pedí a tí por navidad.
Un amigo es un tesoro, así que disfruta con él y no lo guardes en un cofre, ¡que ya se siente muy seguro a tu lado!
Bueno, en realidad no sé mucho de ti, así que he puesto algo que no puede ofender a nadie y que más o menos gusta.
La Navidad es una época de celebración, de solidaridad, de estar con tu familia, y espero que tu la tengas 100% completa!!!
Y como todavía quedan los reyes por venir, te deseo que todos los regalos que pidas te los traigan (sin exceso).
 Con todo mi cariño, te mando la receta de la Navidad: juntemos varias medidas de ilusión, una pizca de amistad y un gesto de ternura. Horneemos la mezcla con un ánimo paciente. Envolvámosla con risas, luces y canciones. Y finalmente, ofrezcámosla con el corazón. ¡¡FELIZ NAVIDAD!!
 Que en estas fiestas, la magia sea tu mejor traje, tu sonrisa el mejor regalo, tus ojos el mejor destino, y tu felicidad mi mejor deseo FELIZ NAVIDAD.
Tal vez el mejor adorno de navidad es una gran sonrisa.
 Si no sabes qué regalar a tus seres más queridos en Navidad, regáleles tu amor.
Te quería mandar algo súper especial para esta Navidad, pero tuve un problema... ¿Cómo envuelves un abrazo y un besote? ¡FELIZ NAVIDAD!
Que estas Fiestas de Navidad estén envueltas en papel de felicidad y atadas con cinta de amor para que perduren todo el Año Nuevo
Deja que la Navidad entre en tu corazón y dure todo el año
Mejor que todos los regalos debajo del árbol de navidad es la presencia de una familia feliz.
Bueno, ya está todo lo que te quería dcir.
Ah, y una cosa más: Guapa, hermosa, a tí no, ¡a la baldosa!
Carmen.

¡¡¡FELIZ NAVIDAD A TODOS MIS SEGUIDORES, Y  LOS QUE NO LO SON!!!
Feliz Navidad a todos, a personas queridas y a personas odiadas, porque, en realidad, estamos todos unidos para formar un mundo.
Muchísimos besos y que vuestros deseos y propósitos se hgan realidad.
Os quiero!!!!

viernes, 17 de diciembre de 2010

Capítulo 7: Sin rastro.

        Capítulo 7: Sin rastro.

-¿Cómo? ¿Qué ha desaparecido?
-Esta tarde fui a su casa, me abrió su hermano, pregunté por ella y me dijo que no estaba, que no la había visto desde hacía rato, y hace un cuarto de hora llamé a su teléfono, lo cogió su padre y me dijo que Andrea no había vuelto, y que era muy raro en ella ya que siempre llegaba entre las nueve-nueve y media.
-¿Y no le habéis dicho nada a la policía?
-Sí, pero  no se puede denunciar la desaparición hasta que no pase un día desde que no la volvieron a ver.
-P-pero, ¡tengo que ir  buscarla!
-Eso ha dicho también lo ha dicho su padre, pero la policía ha respondido que podía ser muy peligroso, ya que la mayor parte de las posibilidades son que la hayan secuestrado, ya que una chica de trece años sabe el camino de vuelta  a casa, y pueden hacerle daño. También han mencionado que si no aparece mañana por la mañana como es una menor que vayamos a decírselo que saldrán inmediatamente, mientras nosotros pondremos carteles por toda la ciudad.
-No podré pegar ojo sabiendo que puede estar en peligro.
-Cálmate,  tenemos que esperar, si la encontramos nosotros los resultados podrían ser peores.
- Está bien, hasta mañana.
-Adiós- no cené nada, no tenía hambre, pensaba en lo que le podía estar pasando Andrea, ¿y si no la vuelvo a ver? Se lo conté a mi padre y a mi hermana a la hora de la cena, y ellos me dijeron lo mismo que Malena, intentando consolarme, pero sabiendo lo que pasaba nada podía consolarme. Me fui a la cama lo antes que pude, ya que no le quería transmitir la tristeza que padecía a nadie, por eso era  mejor estar solo.
Llevaba razón, no podía dormir, miles de pensamientos rondaban en mi cabeza sin descansar. Y sólo dormí un rato, y ese rato no fue muy bueno, tuve una pesadilla, pasaba un mes y Andrea no aparecía, y entonces me llamaban y me decían que habían encontrado su cadáver.
Me desperté, miré el reloj, era las seis menos cuarto de la mañana, aprovechando que era temprano, bajé al jardín a echar unas canastas, a ver si me despejaba un poco la cabeza, pero no pude ser, no encesté ni una sola vez, y seguía pensando en lo mismo que pensaba desde las nueve de la noche: Andrea no está, ha desaparecido.
Me di cuenta de que mi hermana estaba al lado de la puerta que llevaba al jardín, me dijo que era la hora de desayunar, y estaba igual que anche, desayuné muy poco, no tenía hambre. Fui al instituto en mi bici, lo primero que hice fue buscar a Malena, que sería una de las mejores informadas sobre este tema.
-Hola, ¿se sabe algo?
-No apareció ni anoche ni esta mañana, estamos todos muy preocupados.
-¿Y los carteles?
-Ahora lo va decir la profesora, y va a repartir las fotos, para que las peguemos por el barrio toda la clase. La policía ya está buscando por todo el pueblo
-Bueno, vamos a clase- entramos, ya estaba todo el mundo sentado, y la profesora llegó unos minutos después de que entráramos Malena y yo.
-Buenos días chicos.
- Buenos días señorita Ramírez- dijimos al unísono.
-Bien, quiero anunciar la desaparición de una alumna, Andrea López, y bueno, os voy a repartir unos folletos para que los pongáis por el barrio, espero que sirvan de algo para encontrarla, de todas formas, desde esta mañana temprano, la policía está buscando, espero que la encuentren.
Estuvimos, después de eso, con lo de siempre, las clases, y yo no podía concentrarme en las clases, cuando estuvimos en la media hora libre, me sonó el móvil, en el identificador de llamadas ponía que era Andrea.
-¡Es Andrea!- le dije sorprendido a Malena.
-Cógelo, venga.
-¿Andrea? ¿Eres tú?
- Sí, no hables muy alto- me susurró.
- ¿Estás bien?
- Sí, si yo estoy bien- hablaba muy bajito- no han encontrado mi móvil.
-¿Dónde estás?
-Estoy en…- de repente de oí unos gritos, eran dos personas, y una de ellas era Andrea.
-¡Andrea!  ¡Andrea! ¿Estás bien?- me había quedado sin nada, estaba tan cerca de averiguar dónde estaba y saber quién había sido el monstruo que la había secuestrado, me quedé paralizado durante unos segundos, estaba pensando, pero Malena me interrumpió.
-¿Era Andrea? ¿Has averiguado algo?
-Sí era ella, pero no he podido averiguar nada. Me iba a decir dónde estaba, pero vino el que la tiene secuestrada.
-¿Y ahora qué vamos a hacer?
-No lo sé, no sabemos dónde está, no sabemos nada, y alguien la está maltratando en cualquier otra parte, lo que sé es que si no hacemos algo pronto, lo va a pasar muy mal.
- ¡Oye!- exclamó Malena- mi tío tiene un amigo que registra las llamadas y encuentra desde donde se hacen las llamadas.
-¡Pues vamos!- corrimos, al casa de ese amigo de su tío estaba a dos manzanas, y corrimos lo más rápido posible. Llegamos y preguntamos por lo de las llamadas, y no dijo que tardaría bastante tiempo pero que lo tendría para mañana, el día pasó muy largo y, mi hermana estaba rara, me apoyaba con lo de Andrea y todo, por la noche, igual que la anterior casi no pegué ojo, pero cuando pude dormir una escasez de tiempo, ya porque mi cuerpo lo exigía, me gritaron a las seis de la mañana, ya que casualmente a mi hermana le había dado por madrugar.
-¡David, Malena al teléfono!- voy corriendo, seguramente tenía información sobre lo de Andrea.
-¿Malena? ¿Te han dicho algo?
-Sí- dijo con una voz muy preocupada- ya sabemos dónde está aproximadamente Andrea.
-¿Cómo? ¿Qué pasa? ¿Es que no sabes exactamente dónde está?
-Sí, en realidad sí que sabemos dónde está, pero no te va a gustar.
- ¿Por qué? ¡Dímelo ya!
-Está en el barrio de la Natividad.
-¿Qué? ¿En el barrio de la Natividad?- era un lugar de mafiosos y traficantes, el peor barrio del pueblo, eso quería decir que Andrea estaba en un peligro enorme, incluso mortal- tengo que ir.
-No puedes, la policía…
-¡Me da igual la policía! ¡Yo pienso ir porque si le pasa algo no sé lo que voy a hacer! Es que, yo siento a veces que la conozco desde siempre, no sé por qué. Es más, voy a salir ahora mismo. Adiós- colgué y salí corriendo cogí las llaves, el móvil para llamar si era necesario y las llaves de casa.
-Papá, me voy a dar una vuelta mi hermana bajaba por las escaleras, seguramente se había enterado de lo que había pasado.
-Yo voy contigo- Celia salió corriendo detrás de mí.

jueves, 16 de diciembre de 2010

sábado, 11 de diciembre de 2010

Capítulo 7: Sustos y reuestas.

Me levanté, y de repente, me acordé de que había quedado en la playa con Marc y algunos amigos más, me visto rápidamente y bajo corriendo por las escaleras, esperando que papá no hubiera hecho tortitas, porque tardo un montón comiendo, quiero tomarme mis cereales de siempre, tardo poco y salgo pitando. Porras, mi hermana se ha levantado antes que yo y será ella la que me grite que llegamos tarde, y a mí me hubiera gustado haber sido yo el que le gritaba.
-Buenos días- dije al llegar a la cocina, lo bueno era que  hacía poco que Celia había llegado hace poco, así que si me daba prisa estaría listo a la vez que ella, estaba pensando en Andrea, llevaba desde el otro día pensando en ella, y sigo sin saber por qué me gusta y no paro de pensar en ella, fue mirarla…, solo una mirada me ha hecho pensar en ella…, no sé por qué.
Bueno, eso daba igual, a menos en ese momento… desayuné, cogí al tabla, la metí en su funda, me la puse en el hombro, llamé a Celia para irnos y nos montamos en la bici, pasé por delante de su casa, la vi, llevaba un bañador azul marino y un pareo de flores, me pareció que había dado la vuelta cuando ha visto que miraba. No sé por qué, pero si me enterara de que yo le gusto a ella, me sentiría en el cielo. Sería un recuerdo de algo, a lo mejor es que me metí dentro de ella cuando me dedicó esa preciosa sonrisa, que no podía olvidar, la verdad es que no sé, pero no me la puedo quitar de la cabeza, intenté ir a lo que tenía que ir, porque pensaba que me iba a chocar con el poste más cercano, y no quería que le volvieran a poner una escayola a Celia, aunque a mí tampoco me apasionan las caídas y todo eso.
Se me hizo un viaje largo para ser dos manzanas, pensando en mis cosas, pero por fin llegamos, playa dulce playa, no venía desde el fin de semana pasado, mi hermana se fue con sus amigos y yo con los míos, los saludé y nos metimos al agua. Yo llevaba haciendo surf desde que tengo siete años, mi padre me enseñó, pero entonces mi madre y él se divorciaron y seguí yo practicando por mi cuenta, gracias a eso y a la escuela conocía a mis colegas, le debo mucho al surf. A demás, el verano era la mejor época para practicarlo, se levantan las olas y se hacen las mejores acrobacias. Pensar en lo de la playa me hizo despejar un poco del tema de Andrea, pero, entonces, la vi sentarse en una tumbona, y eso me hizo pensar que pasaría si le pedía salir. Iba con un chico, un poquito mayor que ella unos cuatro años, rubio, con los ojos azules, cuando entró en el agua Andrea se tapó los ojos con las manos, abrió un poco uno de los huecos para ver lo que pasaba, aunque no parecía que tuviera ganas de verlo, y llevaba razones para hacerlo, el tipo ese no tenía ni idea no aguantó ni dos segundos, pero la pinta de la caída no era muy  buena, me tiré al agua y fui nadando hacia él me desaté del tobillo la cuerda de la tabla y me la agarró Marc, que estaba atento de todo lo que pasaba, bueno, él y toda la playa. Lo cogí y lo saqué como pude, cuatro años más suponía unos cuantos kilitos más que lo míos.
Salí del agua, Andrea había ido corriendo hacia la orilla, estaba temblando, parecía que se iba a desmayar.
-¡Madre mía! ¿Está bien?
-Bueno, lo único que sé es que está inconsciente, porque todavía respira- puse las manos encima de sus costillas, hice fuerza y empujé.
“Por dios, que no le tenga que hacer el boca a boca”, pensé mientras hacía esa maniobra, pero, gracias a Dios, escupió el agua que tenía dentro de los pulmones.
-¡Javier!-la amiga de Andrea, Malena, estaba a su lado, con la boca abierta, Andrea se tiró hacia él y le dio un abrazo- ¿Estás bien?
-Sí, pero ya sé lo que siente un huevo pasado por agua.
-Mira que eres, vaya por Dios, toma, la toalla- se acercó hacia mí-. Oye, gracias por haberlo salvado.
- Bueno, para eso están…, digo, te debía una. No sabía mucho surf tu …  
-Hermano. Desgraciadamente mi hermano.
-Sí, yo sé lo que se siente- estuvimos hablando un rato, de un tema llegamos a otro…, teníamos muchas cosas en común, y en ese momento no era tan vergonzosa como antes, a demás, me he enterado de que es su hermano, bueno, hemos dado un paso más para delante, íbamos juntos a nuestras casas. Aprovechando que vivíamos cerca, sentía algo por Andrea que nunca había sentido por nadie, algo profundo, algo que no se podía explicar, éramos muy amigos, pero yo a ella la quería. Parecerá una cursilería, pero es verdad. Una tarde quedamos para dar una vuelta por el barrio. Nos lo pasamos muy bien, hasta que dijo un comentario que hizo que me decidiera para decir lo que sentía.
-Oye, no creo que nadie hubiera sido amigo mío en todo el tiempo que llevo a ti. A demás, gracias a tu compañía me olvido durante un rato de algunas cosas…
-Yo también tengo que decirte una cosa. Mira, pues, desde que somos amigos- no iba a decir “Desde que me sonreíste”, pues porque no- me he dado cuenta de que tenemos muchas cosas en común, y que nos llevamos muy bien, y bueno, es que no sé cómo decirlo, pero, haber, te, lo siento, es que, nunca me he declarado.
-¿Qué, estás diciendo que m-me q-quieres?- se quedó pasmada.
-Bueno, sí, lo siento si te he hecho incomodar, porque nunca había hecho esto.
-¿No, y Ángela?
-Bueno, eso, en realidad, lo decidió ella. Bueno, ¿cuál es tu respuesta? No necesitas decirlo ahora, no quiero presionarte.
-No me estás presionando, mi respuesta es sí.
-¿En serio?
-¿No te lo crees?- me dio un beso en la mejilla y se fue, dijo que tenía que hacer la cena. Yo también me fui a mi casa, cuando estaba en mi cuarto me acordé de que tenía un trabajo de sociales y  me puse a hacerlo mientras que mi padre preparaba la cena, y estuve hasta las doce de la noche haciendo el maldito trabajo.
Siempre íbamos junto a clase, en esos momentos me preguntaba si todo lo que pasó desde que ella llegó fue casualidad o el destino o algo parecido.
No todos los días parecía muy contenta, pero siempre que podía me dedicaba una sonrisa, y yo se lo devolvía.
Puede que algunas de las cosas que diga parezcan muy cursis, pero es la verdad, sus ojos verdes destacaban entre las demás personas (muchas veces eran chicos los que la veían destacar, y eso me  hacía ponerme un poco celoso).
Pasó un poco el tiempo, y ya llevábamos una semana saliendo, el día que cumplimos la semana, dimos un paseo por la playa en la mañana temprano, por la tarde estaba yo con el ordenador, conectado al msn y todo eso, cuando me sonó el móvil.
-¿Diga?
-¿David? Soy Malena- era la mejor amiga de Andrea, me dijo que eran como hermanas. Le temblaba la voz, y parecía sollozar.
-Ah. Hola, Malena, ¿qué pasa?
-Andrea ha desaparecido.         

lunes, 29 de noviembre de 2010

Premio!!!

Hola!!! Bueno hace tiempo que empecé el blog, y gracias a ello conocí otros blogs, y, entre ellos, conocí el de Marta.
Bueno, tiene un montón de seguifdores, y no me extraña, porque es buenisimo!
Y yo quiero darle este premio:
Porque se lo merece, ya que su historia es genial y tiene enganchada a un monton de personas, entre  ellas yo. Ademas, es super maja y me cae muy bien.
Bueno, felicidades wapa, y sigue asi.
Besitossss!!!! (K) (L)

domingo, 28 de noviembre de 2010

Capitulo 5: La primera sonrisa.

Capítulo 5: La primera sonrisa.

La carta me dejó paralizado, era muy triste. Una persona que pierde a su madre lo debe pasar muy mal, como estaría yo si se  hubiera muerto mi madre, esas serán sus razones para quedarse siempre seria.
Pero no creo que yo pueda hacer nada, excepto ser un  poco más simpático.
Me subí a la bicicleta con la carta en el bolsillo, tenía que devolvérsela, aunque si se daba cuenta de que la había leído, se iba a enfadar bastante, así que vería como me las apañaba.
Toc, toc, sonó en la puerta de su “casa”. Abrió, era ella.
-Hola- saludé.
-Hola, ¿qué quieres?-respondió ella con cara extrañada.
-Se te calló esto en la biblioteca- se quedó, ahí, quieta, abriendo los ojos mucho, con una cara de: “¿Y si lo ha leído?” No le iba a decir nada porque no, además, es que si le decía algo se iba a tomar tal cabreo que no me iba a hablar menos que antes, que  era casi nada, quería ser amable, ya que no me gusta herir a la gente emocionalmente, y lo de Ángela no cuenta, pues vete a saber si se siente dañada o no, a ella todo le da un poco igual, es un espíritu libre, seguramente se ha olvidado ya de mí.
Pero vamos, me da igual, si se ha olvidado alguien de Ángela ese soy yo.
-Eh, ¿la has leído?- tenía que mentir, ¿cómo iba a reaccionar si le decía que lo había leído?
-No, no he leído nada.
-Está bien- dijo ella con cara desconfiada, no me extraña, yo tampoco me hubiera creído del todo que alguien no ha leído una carta que se me ha caído en un sitio público.
-Adiós- me despedí.
-Hasta mañana- hizo una sonrisa, algo que no le había visto desde que había llegado, la pregunta era, ¿por qué me sonreía a mí? Gran duda que tendré.
Era por la noche, estaba en la canasta que había en el patio de mi casa, me sentía raro, seguía pensando en eso, quería quitármelo de la cabeza, pero no podía, quería saber por qué, ¿es que de repente le caigo bien? ¿O ha sido por amabilidad? ¿Por qué tengo  que ser tan curioso? ¿Por qué me preocupo tanto por tal idiotez que me lleva la cabeza llena? Todavía recordaba eso, y cada vez que lo recordaba me daban más ganas de saber por qué lo ha hecho, y no sabía por qué. A demás, no iba a ir a su casa para decirle: “Oye, ¿por qué me has sonreído?” No, no iba a hacer eso. Parezco un tonto aquí hablando de una chica a la que no conozco casi nada, esto nunca me había pasado, es una verdadera t-o-n-t-e-r-í-a, para aclararlo más.
-¡Hijo, la cena está lista!- estaba en otra cosa, y me pegué un susto enorme.
-Ya voy papá.- estuve toda la cena pensando en eso, y aunque quisiera no podía.
-Hijo, David…, ¿estás ahí?
-Tierra llamando a David- bromeó mi hermana Celia.
-¡Qué! ¿Qué pasa?
-Sólo te queríamos preguntarte qué tal te ha ido el trabajo.
-Ah, sí, muy bien, very good, trés bien, molto bene. Hemos escrito sobre…, no me acuerdo de su nombre…, la que escribió Orgullo y prejuicio.
-Jane Austen- completó mi hermana.
-Sí, esa, no me acordaba.
-Veo que estás en tu mundo- mi padre sacó esa conclusión.
-Sí, bueno, será por los nervios de entregar el trabajo y saber la nota pronto. Tengo sueño, me voy a la cama.
Estaba todavía pensando en eso, cuando entró mi hermana, era raro, la mayoría de las veces le daba asco entrar en mi cuarto ya que todo había sido tocado por mí.
-Es esa chica, ¿verdad?
-¿Qué? ¿P-por qué lo dices?- ¿cómo lo sabía?
-Porque te conozco desde hace diez años y nunca has vuelto tan raro de un trabajo que tienes que hacer con una chica, ni siquiera cuando te gustaba Ángela. A demás, soy tu hermana, si te gusta Andrea me enteraré tarde, o temprano.
-Vale, llevas razón, pero no me gusta, no, para nada.
-Venga David, aunque sea tres años menor que tú no soy tonta, y si sigues quedándote embobado cada vez que piensas en ella, ¿qué va a pensar de ti?
-Pero es que Celia, yo no creo que me guste, solo estoy pensando en ella, desde que…, ¡ay  madre, me gusta Andrea!- no me lo podía creer, era lo menos que me esperaba, ¿y por qué me gusta? No lo pillo, por una vez entiendo a mi madre, esto de la adolescencia, es una verdadera lata.
Es que porque sonría a una persona no le tiene que gustar otra, será por algo más, pero no caía en qué...
-Bueno, me voy a dormir- dijo Celia-, hasta mañana, y no seas tan idiota.
-Buenas noches.
Dormí más o menos bien, y gracias al haber encontrado la solución a lo de Andrea, me sentía más tranquilo, y, ya no pensaba en ello, aunque algunas veces, me venía a la cabeza, pero no era tanto.
A la mañana siguiente, me desperté con ganas de llevar mi vida normal, sin pensar en eso, ya que era muy poco normal, y nadie se esperaba que a mí me gustara esa chica, ni si quiera me lo esperaba yo, pero eso daba igual, lo que importaba era lo que iba a hacer al respecto…

viernes, 19 de noviembre de 2010

Mis blogs favoritos.

Hola!!! Os voy a recomendar unos blogs que me parecen muy buenos:
http://www.enganchateamarta.blogspot.com/ de Marta, muy bueno.
http://www.siempredetumano-loureda.blogspot.com/ de Loureda, tambien es muy bueno.
http://www.frikifrikibua.blogspot.com/ de Andrea, tiene muchas cosas. esos son los blogs que por ahora recomiendo, espero conocer mas, adios!!!

jueves, 18 de noviembre de 2010

Capitulo 4: Papá.

               Capítulo 4: Papá.             

-Hola mamá ya estamos aquí.
-Hola chicos- apareció mi padre por la puerta del salón, los dos corrimos a abrazarlo, no lo habíamos visto desde hace tiempo-, ¿qué tal estáis?
-Muy bien -respondí yo.
- Pues yo estoy escayolada- continuó mi hermana.
-Bueno, a vuestra madre le ha surgido  un viaje y me ha llamado para que me quede a cuidaros unos días. La cena estará dentro de un rato.
-Vale, yo me subo a mi cuarto mientras.
 Encendí mi ordenador y me conecté al Messenger estaba Andrés, un amigo del campamento de baloncesto.
Yo: Hola.
Andrés: ¿Qué tal?
Yo: Bueno, aquí, aguantando.
Andrés: ¿Qué pasa?
Yo: ¿Te acuerdas de Ángela, la chica que te hablé?
Andrés: Sí, ¿por?
Yo: me dijiste que no aguantaría mucho, y llevabas razón.
Andrés: Según la descripción que me diste, deduje que era bastante insoportable.
Yo: Ya lo sé, fui muy tonto.
Andrés: Lo has sido siempre, J, no, es broma, has hecho lo correcto.
Yo: Bueno, ¿y tú que te cuentas?
Al escribir eso sonó un pito y se abrió una ventana, puf, Ángela había iniciado sesión.
Yo: Un momento, que es que esta chica no se rinde.
Andrés: Ok.
Ángela: Hola cari, ¿qué tal?
Yo: Déjame en paz, de verdad, Ángela.
Ángela: Mira, yo hago lo que me da la gana y tú no me vas a mandar, si quiero darte la lata, te la daré, y ya está.
Yo: A ver, ¿no tenías muchos pretendientes? Pues conéctate con ellos, y pasas de mí, ¿te parece una buena idea? A mí sí.
Ángela: Nunca te habías atrevido a hablarme así, ¿pero qué te pasa?
Yo: Otra vez, que he cambiado.
Ángela: Bueno, ¿quedamos mañana?
Yo: Creo… que no.
Cerré el ordenador y oí a mi hermana que me gritaba diciendo que la comida estaba lista, ojalá se hubiera roto las cuerdas cervicales y no la muñeca. Bajé las escaleras.
-Bueno chicos, ¿qué tal en el cole?
- Yo tengo un trabajo de Literatura, es gran parte de la media final.
-Pues yo sigo con una media perfecta, no como mi patético hermano, se dice que los hermanos mayores son los mejores ejemplos, y parece que el ejemplo soy yo- algunas veces que no la soporto, pero, hay que aguantar.
-Pues que sepas que me ha tocado con una empollona- sin ofender a nadie, pero     es que, después de lo que había dicho Celia, las palabras me salían sin pensarlo- y vamos a  sacar un diez bien grande.
-O te verá tan insoportable, que renunciará a sacar buenas notas para salir corriendo.
-Chicos, parad, no sé cómo, vuestra madre puede aguantar esto todos los días- después de eso nos callamos durante toda la comida.
-Papá, hoy me tienes que llevar al conservatorio- doña perfecta seguía con sus perfecciones, resulta que había entrado a ese conservatorio de bale con una beca, y todo el mundo estaba orgulloso de ella.
-Está bien. ¿Y tú, David?
-Yo voy a la biblioteca, para lo del trabajo.
-Bueno, vale- se podía decir que mis padres, cuando estaban casados, no tenían as mismas ideas, pero, cuando se ven por cualquier cosa, como un partido mío o una actuación de Celia, se llevan bien, no sé, será  por dar ejemplo.
-Papá, la comida está muy rica- le dije yo adelantándome a Celia, a la que vi abriendo la boca un segundo después de que yo pronunciara la frase.
-Yo pienso lo mismo- es que sin hacer la pelota Celia no era ella.
_ Papá, yo ya he terminado, me voy a hacer los deberes.
-Bueno, vuelve de la biblioteca a las ocho y media o antes.
-Vale.
Los deberes eran muy fáciles, así que terminé pronto, después me puse a jugar a la PSP, desde el cuarto de mi hermana se oía su serie favorita Patito Feo, todas sus amigas estaban enganchadas, yo no era mucho de televisión, pero no me veo viendo la serie esta, la verdad.
-¡Papá, me voy a la biblioteca! ¡Adiós!
-Hasta luego.
Salí al jardín y cogí la bici. Me metí las llaves y el móvil y salí, me esperaba un largo trabajo. Me monté en mi bicicleta.  La biblioteca estaba a dos manzanas, así que cuando iba, iba en bici. Cuando llegué la até en una barra cercana a la puerta. Dentro ya del recinto, vi la mesa donde estaba sentada. Me dirige hacia allí.
Andrea estaba escribiendo algo y lo tapaba con un libro.
-Hola- dije yo, cuando se dio cuenta cerró el libro con fuerza, extraño, pero me daba cosa preguntar.
-Ah, hola-respondió ella.  
-Bueno, ¿sobre qué vamos a escribir?
- Yo pensaba que podríamos hablar sobre Jane Austen, fue  una gran escritora, Orgullo y prejuicio es uno de mis libros favoritos.
-Vale- respondí yo, la verdad es que me importaba poco de quien habláramos, con tal de sacar buenas notas…
Valla rollo que echó, yo solo asentía sonriente, a ver si calaba.
-Ya hemos terminado, adiós.
-Adiós, me levanté un poco atontado, porque aunque por fuera esta asintiendo, por dentro estaba dormido, al salir, a Andrea se le había caído un papel.
-¡Se te ha caído esto!- demasiado tarde, ya se había ido, y yo, con una curiosidad enorme, lo abrí. Era como una carta.
Querida mamá:
Te echo de menos, ya no te veo, ya no te siento cerca, como antes, ya no me das un beso cada noche, ya no se oyen tus zapatos cuando es la hora de volver a casa, ya no me das los buenos días, te has ido, de todas las vidas de la gente que te quería, ya no te tengo a mi lado, ya nadie me llama como me llamabas tú, y aunque lo hicieran nunca oiré una voz tan dulce como la tuya, te he  perdido. Puede que me olvides, pero te juro, con toda mi alma, que yo nunca lo haré, tengo tu foto debajo de la almohada, porque tú eres mi amuleto de la suerte.
Todo el mundo que te veía se  sorprendía de tu gran belleza, después de salieras de mi cuarto, se quedaba ese olor a rosas que dejabas por dondequiera que pasaras. Y te digo esto porque te quiero, y todos te echamos de menos. Esta es la carta más difícil de mi vida, la hago con las lágrimas en los ojos. Contigo, se han ido todas las ganas de vivir, tus caricias, tus besos, tus abrazos, se ha ido todo eso.
Me duele el corazón desde el momento de que me enteré que te fuiste, pensaba que ni si quiera la muerte nos separaría….
No puedo escribir nada más porque cada vez que pienso en ti, me dan ganas de morir para estar a tu lado.
Te quiero, y mucho:
                                                Andrea.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Capítulo 3: El trabajo.

Después de una tarde y una noche larga, llegó la mañana, como todos los días, me peleo con mi hermana para entrar al baño, nuestra madre nos grita- esta vez más a mí porque lleva una escayola-, y luego, a desayunar cereales con leche, y zumo, por último.
Luego, pues llevé a mi hermana y de camino al instituto me encontré a mi amigo Marc.
-Hola Marc.
-Hola, ¿te llamó Ángela?
-No, ¿por?
-Porque he oído hablar por teléfono a mí hermana con Ángela- Marc tenía una hermana melliza, Marina, era de las “populares”, es decir, una de las amigas de Ángela-, y ella le decía que había apostado con otra de las del grupillo, que volvía a salir contigo en menos de un mes.
-Será…
-¿Flipada?
-No, ingenua. Después de lo que ha hecho se piensa que yo voy a volverá salir con ella, anda y que le den.
-Tío, hoy Ramírez nos pone el trabajo de la nota final de Literatura.
-Qué lata…, ya veo un gran cero en el papel, no se me da nada bien la literatura.
-Me han comentado que este año va a ser por parejas.
-Pues espero que me toque con alguien que sepa algo de esto.
-Sí tú y todo el mundo que no está espabilado en esto…-habíamos entrado ya en el recinto, y poco después sonó el timbre.
-Buenos días chicos.
-Buenos días señorita Ramírez.
-Bueno, como sabéis hoy os mando el trabajo de literatura. Pero este año va a ser por parejas- ya nos vio con la cara de tu vas conmigo y yo contigo-, pero antes de que digáis nada, que sepáis que yo soy la que elige las parejas, y vuestra pareja es la persona que tenéis al lado.
Lo que me faltaba, tener que quedar con Andrea.
-Bueno y ahora, volvemos a la clase. López, los géneros literarios.
- El género lírico, el dramático y el narrativo.
-Perfecto. Sánchez,  los elementos del texto teatral- ese era yo.
-Emm… pues… son… esto…
-López, ayúdale.
-Son las acotaciones, los actos y escenas y los personajes- bueno, al menos me había tocado con alguien que entendía de esto, después de eso preguntó y seguimos con la nueva lección, y luego, cambio de clase. Andrea se acercó hacia la puerta, donde estaba yo.
-Oye, quedamos esta tarde en la biblioteca.
-Está  bien, ¿a las seis?
-Vale, a las seis- ahora a mí me tocaba gimnasia y vi a Andrea entrar en clase de sociales, jolín todo sobresalientes, yo solo sacaba sobresalientes en gimnasia, bueno en eso y en dibujo, era fácil.
Estaba deseando que este día acabara para que mañana fuera un divertido y  sin chicas sábado- lo que pasó después no interesa contarlo, la verdad, solo deberes, más preguntas, y bla, bla, bla…
Como siempre, de camino a la escuela de mi hermana, Marc y yo coincidíamos.
-¡Tío, qué potra!
-¿Por?
-¿No te acuerdas que Ramírez leyó en voz alta el expediente de Andrea? Todo sobresalientes. Fijo que sacáis un diez.
-Saca ella, porque por mi parte, nada de nada.
-¿Vas a ir a la playa este finde?- vivíamos en un pueblo costero, y tenía la playa a una manzana, y los fines de semana,  la playa se llenaba de  adolescentes hartos de los deberes.
-Sí.
-Carlos se ha comprado el nuevo modelo de tabla de surf.
-¡Dios! Así va a presumir, y va a aprovechar las olas a lo grande- haría unos años me puse a ahorrar para comprarme una tabla de surf, y la que me compré es buena, pero no tanto como la que se ha comprado Carlos. Es un niño rico que siempre consigue lo que quiere. Se cree guay, pero la gente solo le hace caso por su dinero, no por él mismo.
-Ahí está tu parada- me señaló el colegio de mi hermana-, bueno, adiós.
-Hasta luego.
-Llegas tarde- dijo mi hermana como si me hubiera retrasado a un congreso de ejecutivos.
-Mil perdones mi señora- le contesté haciendo una reverencia.
-¿Desde cuándo eres tan... cómico?
-Desde que cambié.
-¿Vas a pasar de Superbobo a Hipertonto?
-¡Pero qué maja que es! – le cogí un moflete y se lo apreté lo más fuerte que pude.
-¡Ay, para, que me haces daño!
-Es lo que intentaba. Vamos a casa.

martes, 26 de octubre de 2010

Capítulo 2: Camibio total.

                                                      
 -Hola mamá, ya estamos aquí- entré en casa, con la voz un poco temblorosa, ya que la que la bronca que nos podía venir, podría ser grande.
-Hola David, ¿qué tal la escuela?
-Bueno, ha pasado algo…, cuéntaselo tú, Celia- mi madre vino  a la entrada, estaba extrañada.
-Es que, verás mamá, estábamos yendo hacia casa, cuando íbamos a cruzar el paso de peatones, cuando vi un billete, entonces, como yo creía que no venía ningún coche, me agaché, y entonces vino uno, David me avisó pero yo no le escuché, entonces una compañera suya me cogió y me llevó a la acera, intenté parar la caída y puse la muñeca, caí mal y ahora me duele mucho.
-Ay, dios, bueno, ya hablaremos de esto luego, ahora te tengo que llevar a un traumatólogo, David, la comida está en la encimera, volveremos aproximadamente a las cuatro y media.
Tenía bastante hambre, así que comí con gana, hice los deberes, y me fui al entrenamiento de baloncesto, pero ahora mismo lo único que quería hacer era sentarme en el sofá a ver la tele y a reflexionar mientras que esperaba, pero ya era demasiado tarde, pero, no podía, y a lo mejor desconectar un poco de todo lo que ha pasado esta mañana .
-Hola Marc- me encontré a mi mejor amigo Marc, que iba al entrenamiento conmigo.
-Hola, ¿a qué viene esa cara?
-Bueno, pues casi nada, mi hermana está en el hospital por un coche.
-¿Cómo? ¿Han atropellado a tu hermana?
-¡No!- contesté yo-, pero casi…, la nueva, Andrea, la ha salvado de el atropello. Lo  que ha pasado es que se ha encontrado un billete, venía un coche, Andrea la cogió y Celia quiso parar con la muñeca.
-¡Hala!
-Sí, justo eso digo yo, ¡hala!
-No, ese hala no iba por el hala que yo tendría que haber soltado, el hala es por eso- señaló justo delante de nosotros, ahí estaba Andrea, entrando al pabellón del cole-gio, madre mía, era por darme la vuelta e irme, y este mal rollo con Andrea venía de un “presentimiento”, y cada vez era más fuerte. Entramos al pabellón, Andrea parecía tan sorprendida como yo, cuando empezaban los entrenamientos solía haber mucho escándalo, y este era un día de esos. Y, de repente, sonó un pito tan fuerte que casi hizo que todo el equipo nos cayéramos al suelo.
-Buenas tardes, esta es Andrea, ¿lo habéis pillado? Pues a jugar- el entrenador no es que fuera muy enrollado, siempre iba al grano-, estas son las parejas: Juan y Carlos, Antonio y Luís, Marc y Alejandro,  David y Andrea- todo iba empeorando poco a poco, pero me quedé callado y empecé a entrenar.
-Oye- me dijo Andrea- ¿qué tal tu hermana?
-Pues, mi madre la ha llevado al hospital, pero no sabré los resultados hasta después del entrenamiento.
-Ah, vale- después de eso, lo único que se oyó fue al entrenador gritar y el chirrido de las zapatillas al rozar el suelo, bueno, solo eso no.
-¡David, cariño!- cuando me di la vuelta, vi a Ángela en  las gradas, saludando-me, se había traído dos amigas, cuatro ojos, dos bocas y cuatro oídos más, perfecto, maravilloso.
-Hola Ángela- cada vez todo iba peor, a lo mejor se ponía celosa.
Aunque había llegado un poquito tarde, ya solo quedaba un cuarto de hora para que acabara. Sonó otra vez el puñetero silbato.
-Vale chicos, como veo que hoy lo habéis hecho bien, os dejo estos quince minutos para que hagáis un pequeño partido- a todos, o eso creo yo, nos gustaba hacer un partidito después de que entrenáramos, era muy divertido-, capitanes, David y Juan.
-Pares- dije yo antes de que Juan pudiera abrir la boca, le sentía un cariño especial a los números pares, los impares me parecían más tristes.
-Nones.
- ¡Una, dos y tres!- dijimos los dos a la vez, los pares me defraudaron, salió quince.
-Vale, elige Juan primero.
- Elijo a  Carlos- Carlos era el mejor del equipo, y siempre lo elegían el primero.
-Elijo a Alex- también jugaba bastante bien.
-Marc.
-Antonio.
-Luís- ¿por qué a mí? Solo quedaba Andrea, no tenía otra.
-Bueno Andrea, te vas al equipo de David- dijo el entrenador.
Al final ganamos. Andrea es la mejor jugadora que he visto en este equipo, tres cuartos de los puntos que hicimos fueron gracias a ella.
Salí del pabellón, no había sido tan malo como me esperaba, pero cuando estaba fuera me esperaba Ángela para hablar conmigo.
-Muy buen partido, creo- no sabía mucho sobre el baloncesto.
-Gracias.
-La nueva, Andrea es buena.
-Sí, mucho.
-No quiero que te acerques a ella.
- ¿Por qué?
-Pues porque yo soy la única chica que hay en tu vida, y ahora no va a venir ella para estropearlo todo. Tengo muchos pretendientes, los suficientes para salir cada día con uno distinto.
-¿Qué tal si te vas con ellos?- esa chica me había cabreado.
-Perdona, ¿estás cortando conmigo?
-No lo había pensado, pero sí, lo siento, pero no me gusta que seas siempre tan celosa, estoy harto.
-Perdona, pero yo soy la que digo si rompemos o no, y no hemos roto.
-¡Pero tú quién te crees que eres! Pues te diré yo: eres una persona más en el planeta, que no vale más que ningún humano, así que no te lo tengas tan creído, no quiero que tengas que ver nada conmigo, está claro- y con cara de enfadada se fue con sus amigas que llevaban la boca, cuando me di la vuelta di un gran suspiro y me fui a mi tranquila, o casi tranquila casa.
-Tío, te he oído hablar con Ángela, vaya fiera estás hecho- apareció mi amigo Marc detrás de mí.
- Uno, eres un cotilla, y dos, he hecho lo que tenía que hacer.
-Bueno, y después de esto, ¿te interesa alguien?
-¿Qué clase de chico crees que soy?¿De esos que rompen con sus novias y a la de tres dicen, mira, me gusta esa, le voy a pedir salir.
-¿Y tú qué quieres que sepa yo? Es que he visto a bastantes tíos con ese carácter, además, lo decía por cómo has defendido que querías estar en Andrea- me dijo con cara burlona.
-¡No he dicho en ningún momento que quisiera estar con Andrea, solamente he dicho que podía estar con quien me diese la gana, y que ella no puede mandarme.
-Ah, está bien- cuando miré para mi casa, de la que ya estaba cerca, vi que estaba aparcado el coche de mi madre, así que me despedí de Marc y me fui pitando para allá.
-Hola mamá, ¿qué ha pasado?
-Celia se ha fracturado la muñeca derecha.
- Qué morro- mi madre me miró con cara de esas: ¡pero qué estás diciendo!- es que es diestra.
-Si quieres verla, está arriba, pero me ha dicho el médico que estará algo estresada.
-O.K.
-Celia, ¿qué tal?
-¿Desde cuándo te importa?
-Jolín, por una vez que me preocupo de ti…
-Bien, voy a estar un mes sin hacer deberes.
-Serás…
-Fuera de mi cuarto.
-Encantado.
Tenía que hacer algo, un cambio radical, estaba harto de que yo parezca no tener vida propia, que siempre tenga que seguir a los demás, pues eso se acabó, a partir de ahora, voy a hacer lo que a mí me venga conveniente, y me da igual que sea popular o no, es mi vida y todos la van a tener que aceptar, y ya está, punto y final.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Mi libro

LA MAGIA DE APRENDER.
                                                Capítulo 1
Si alguna vez me preguntaran qué es lo que más me fastidia de una persona, no tardaría mucho en responder: la perfección. Yo siempre he pensado que si todas las personas fueran perfectas, el mundo sería aburrido.
 Ya hacía dos días que había llegado al parque de caravanas una caravana, y nadie que yo hubiera visto había salido del lugar.
 -David, dice mamá que el desayuno está listo, y no quiere que llegues tarde otra vez.
 -Celia, déjame en paz de una vez.
 -Ya estás otra vez mirando embobado por la ventana, por cierto, ¿es esa chica la que llevas espiando todo este tiempo?
 -¿Qué? ¿Chica? ¿Yo? ¿Espiando?
 -Sí, mira, está ahí- bajando de la caravana había una chica, con el pelo rubio y bastante largo, y sus ojos eran verdes. Estaba tendiendo le ropa. Tenía puesto unos vaqueros, una sudadera y unas zapatillas deportivas-, es guapa, ¿es que te gusta?
 -¡Vete de aquí ahora mismo y deja de fastidiar, plasta!- aunque llevaba razón, si que era algo guapa.
-¡David, Celia, bajad aquí ahora mismo y dejad de pelearos antes de que os castigue toda la tarde sin salir!- comprendía que mi madre estuviera harta de que Celia, mi hermana de diez años, y yo, nos peleáramos siempre, pero es que era una cría insoportable.
Bueno, el caso es que mi hermana y yo bajamos rápidamente, aunque cuando bajamos mi madre ya estaba de los nervios, entre que hace ya unos años que mi padre y mi madre se divorciaron, y ahora que mi madre estaba estudian- do para las oposiciones, y además tiene que reñirnos con cada pelea que tenemos, que la mayoría las empezaba Celia, por cierto.
-Vamos, desayunad rápido que vais a llegar tarde otra vez- en realidad, el que llegaba tarde era yo, porque el colegio estaban de camino al instituto, pero entre que la dejaba y todo llegaba tarde algunas veces, desayunamos los dos bastante rápido.
-Bueno mamá, ya nos vamos.
-Sí, y yo como delegada de clase- dijo pavoneándose Celia delante de mi madre, como siempre-, tengo que dar ejemplo llegando puntual.
-Ya, que sí, venga, vamos Celia.
Por fin habíamos salido, volvimos a ver a la chica, esta vez parecía camino del instituto, tendría unos catorce años, como yo.
-¡David! ¿No te puedes dar un poquito más de prisa? Puede que tu no, pero yo tengo vida social y una reputación- la chica miró para atrás, le hubiera dicho cuatro cosas bien dichas a Celia, pero no quería parecer que maltrata- ba a mi hermana pequeña.
-Mira, tengo tanta vida social como tú, o más, y ahora, calla y anda- por fin, después de un largo camino, dejé a mi hermana y llegué al instituto.
-¡David, tío! Por fin llegas. ¿Quién es esa?- preguntó mi amigo Javier.
-Ni idea.
-Ah, te estaba buscando Ángela- Ángela es mi novia, todo el mundo dice que encajamos bien. Además, Ángela es la chica más popular del instituto, y, bueno, se puede decir que yo también soy popular, por eso y por otras cosas encajamos bien. Ángela venía por el pasillo.
-¡Hola David! Esto…, ah, sí, hola Javier.
-Ángela, ¿sabes quién es esa chica?- señalé a la chica.
-Ah, me ha contado la hija del director que es Andrea López, pero tiene una pinta de pardilla…- de repente, sonó la sirena-, David, cariño, ¿vamos?
-Sí, venga vamos.
-Buenos días chicos, esta es Andrea, una compañera nueva. Bueno, Andrea, siéntate al lado de David. Mmm, ¡qué buen curriculum! Todo sobresalientes…
 Bueno, empezaba un día incomodo, en su cara se veía que me recordaba de algo, y eso de que mi hermana cuatro años más pequeña que yo me dijera que no tengo vida social.
 Por fin, se acabó un día de instituto bastante raro, pero ahora tenía que ir a recoger a la enana, que me iba a dejar en ridículo. Llegué a su colegio.
-Hola  bobo- dijo mi hermana.
-Yo también te quiero Celia.
-Vamos merluzo.
-Mira, mamá está hoy muy ocupada, y no quiero darle la lata con las peleas tontas, así que, ¿una tregua cuando lleguemos a casa?- sin darme cuenta, la nueva estaba escuchando.
-Venga, vale.
-Cuando te diga ya, cruzas, ¿está claro?
-Sí.
-Ya- yo crucé hasta el final, pero luego me di cuenta de que mi hermana se había quedado bastante atrás-, vamos Celia.
-¡Qué guay! Un billete- se acercaba un coche.
-¡Celia, cuidado!
-¡Ahhhhhhh!- de repente, Andrea, se tiró corriendo hacia la carretera, agarró a Celia y saltó de lado hacia la acera no me extrañó nada que hubieran caído mal, porque cayeron mal, sobre todo Celia, que intentó parar la caída con la mano. Salió el conductor del coche.
-¡Lo siento! ¿Estás bien?
-No ha sido culpa suya- dijo Celia-, ¡ay! Mi muñeca.
-Oye, Andrea- quería agradecerle lo de haber salvado a mi hermana de una muerte segura, y además, con lo flacucha que estaba mi hermana, lo de muerte segura iba en serio-, gracias por haber salvado a mi hermana.
- De nada- su voz indicaba que estaba bastante nerviosa-, eh, me tengo que ir.
Salió corriendo en cuanto pudo.
-Celia, vamos a casa. Madre mía, justo cosas como estas quería evitar hoy, justo hoy, pero no, mi vida tenía que ser así.
-Vamos ya a casa antes de que acabes pegándote mamporros a ti mismo.