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martes, 26 de abril de 2011

Capítulo 2.

  Mis amigas se acercaron hacia mi.
  -¿Quién era ese?- dijo mi amiga Estela resaltando la palabra ese y mirándolo de arriba a abajo.
  -Un chico que se había perdido- respondí, con un tono de poca importancia.
  -Pues ojalá me lo hubiera encontrado yo- lo volvió a mirar como si lo revisara.
  -Para que se haya perdido, está muy cariñoso, ¿no?- bromeó.
  -Ah, ¿y qué más me da?- empecé a andar, mientras que mis amigas se miraban sonrientes.
  Caminé hacia mi taquilla, metí unos libro y saqué otros. Al cerrar la taquilla vi a mi amigo Martín.  
  -Hola.
  -Qué hay- saludé con desgana.
  -¿Un mal día?
  -No es eso, no sé.
  -Pues vaya- no podía quitarme de la cabeza a ese chico, y en ese momento lo vi  por el pasillo-. Ah... ya entiendo...
  -¡No, no es eso!
  -Ya, ya...- la conversación se interrumpió con el sonido de la sirena. Los dos nos fuimos a clase.
  -Buenos días alumnos.
  -Buenos días- saludamos más o menos al unísono.
  -Algunos ya sabréis que hay un nuevo alumno, se llama Daniel Martínez. Siéntate en cualquiera de los sitios libres- se dirigió hacia un sitio que estaba al lado del mío. Abrí los ojos bastante sorprendida, ¿por qué yo?
  -Hola de nuevo- me dijo en voz baja.
  -Hola, ¿has vuelto a perderte?
  -Ja, ja. Qué graciosa- se dibujó una sonrisa en su rostro, y eso hizo que yo también sonriera. Sentía algo raro cuando estaba a su lado. Era como si todo se disolviera, y sólo estuviéramos él y yo. Como si... por un momento él me hiciera sentir algo especial. Pero eso duró poco, ya que el profesor empezó a explicar.
  -Jolín...- dijo en un momento de la explicación.
  -¿Te pasa algo?
  -No entiendo esto para nada, y no pienso suspender.
  -Pero si es muy fácil.
  -Lo dirás por ti... Esto es un lío de mucho cuidado. 
  -Si quieres, te puedo enseñar.
  -No quiero ser un estorbo, seguramente tienes algo mejor que hacer.
  -No, qué va, si yo te dijera todo el tiempo libre que tengo...
  -Bueno, entonces vale- sonrió, su sonrisa era inolvidable.
  -Entonces... ¿a las siete?- dije tímidamente. 
  -Vale.
  -Bueno, haced los ejercicios que os he mandado y estudiad, que nunca viene mal- apunté rápidamente los deberes en mi cuaderno y preparé la segunda clase.
  -Jolín, es la primera vez que Alexandra Suárez está desatenta en clase- bromeó mi amiga Carla.
  -Seguro que es culpa del bombón ese- continuó Estela, mirando a Dani.
  -No ha sido culpa de nadie, he estado atenta- mentí, no había estado muy atenta que se dijera.
  Miré hacia la derecha y vi cómo Catrina, la chica más popular del instituto, hablaba  con Dani, seguramente, estaba coqueteando con él, pero esta vez era distinto, algo dentro de mí se removió, ¿estaba ... molesta porque Cat hiciera eso?
  -Hey, ¿nos estás escuchando?- preguntó Estela pasando por delante de mis ojos su mano de arriba a abajo.
  -No, lo siento, ¿qué decíais?
  -En serio. si ese chico va a hacer que pases de nosotras, voy y le zurro- dijo Carla muy seria.
  -¿Qué dices, estás loca? Venga, si sois mis mejores amigas, no pienso pasar de vosotras, y menos por un chico.
  -Está bien. ¿Quedamos a esta tarde, no?
  -Pues... es que he quedado con Dani para ayudarle con las Mates.
  -¿¡Ves?!
  -Conque se llama Dani, ¿eh? Pues voy a zurrarle.
  -No, para- detuvo Estela a Carla-. Sólo te vamos a decir que, no te hagas ilusiones, por favor. Somos tus amigas, y no queremos verte sufrir.
  -Y si te vemos sufrir por él, voy y le zurro.
  -¡Vale ya con lo de zurrar! Prometo que no me haré ilusiones, lo prometo- dije mientras levantaba una de las manos. 
  Las demás clases pasaron  lentas, normales, me di cuenta de que a Dani se le daban bien otras asignaturas, que le problema lo tenía sólo con las Mates. 
  Por fin, la campana que indicaba que acababa el instituto sonaba. Fui hacia mi taquilla y la abrí. Cogí mi reproductor de música y metí los libros en la  mochila. 
  -¡Alex, espera!- me di la vuelta y vi venir a Dani por detrás-. ¿Quieres que te acompañe?
  -Pues en realidad, la que te debería de acompañar soy yo, ya que te recuerdo que has sido tú el que se ha perdido esta mañana.
  -Pero me sé el camino hasta mi casa, y más o menos hasta la tuya- me encogí de hombros y empecé a andar mientras que Dani iba a mi lado, los dos íbamos acompasados, lentos pero sin parar, hubo silencio durante unos minutos.
  -Bueno... ¿y qué te parece Catrina?
  -Pues... es... cómo decirlo...
  -¿Especial?
  -Sí algo así. Pero me cae bien- claro, a todo el mundo le caía bien Cat...-. Es aquí, ¿no?
  -Aprendes rápido. Adiós- intenté poner mi sonrisa más dulce, pero ninguna sonrisa se podía igualar con la suya.
  -Hasta esta tarde- volvió a sonreír sólo como él sabía.
  Cerré la puerta.
  -¿Quién era ese, tu novio?
  -No, era un nuevo.
  -Pues qué rápido te echas los novios...- le eché una de esas miradas fulminantes. Mi hermana se fue hacia  el comedor.
  Subí a mi cuarto esperando a que mi padre me avisara de que la comida estaba lista.
  -¡Venga, a comer!- bajé por las escaleras y fui hacia el comedor.
  -Bueno, ¿qué tal ha ido en la escuela?
  -Bien- respondí-. No ha pasado nada interesante.
  -Alex tiene novio- al oír eso,  mi padre casi se atragantan del susto.
  -¡Eso es mentira! ¡Que no tengo novio, pesada!
  -¿Entonces quién era el chico con el que ibas ?
  -Pimero: no seas tan cotilla, y, segundo: no era mi novio, era un chico nuevo.
  -Eso ya me lo has dicho y sigo sin creérmelo- canturreó.
  Después de eso hubo un silencio largo mientras comíamos, pero en cuanto terminé rompí ese silencio.
  -Yo ya he terminado, tengo que hacer los deberes.
  Estaba bastante nerviosa: ¿iba a ser Dani como yo me lo imaginaba? ¿U otra cara bonita superficial? No, yo no quería hacerme ilusiones, yo... no quería volver a enamorarme. Pero, tenía la sensación de que él era especial, que él no me iba a hacer daño, pero... a penas lo conocía.
  Faltaba media hora para la clase. Nunca había sido profesora de nadie, pero tampoco sería tan difícil. Entonces sonó el teléfono.
  -Alex, es para ti- dijo mi hermana entregándome el teléfono.
  -¿Sí...?
  -¿Alex?
  -¿Catrina?
  -Sí, soy yo. Oye... ¿conoces a el nuevo?
  -¿Dani?
  -Sí, exactamente.
  -Bueno... no mucho...- estaba bastante sorprendida, Catrina pocas veces me había dirigido la palabra, ¿y ahora hablaba conmigo sobre Dani?
  -No me digas que no te parece que está buenísimo.
  -¿Qué? Pues... sí, está bien.
  -¿Bien sólo? Y... ¿tienes su teléfono?- si que lo tenía, pero... ¿se lo quería dar? No iba a ser tan infantil como para no dárselo.
  -Pues sí, ¿tienes para apuntar?- me dijo que sí y yo le dicté su número de teléfono que me había dado por al mañana por lo de las clases.
  -Muchísimas gracias, te debo una. Te digo que a este me lo ligo yo.
  -Bueno, de nada, adiós.
  Eso era lo que no me gustaba de Catrina. Juzgaba un libro por su portada. Pero yo no era así. Yo lo quería conocer. Y entonces, a lo mejor, me llegaba a enamorar, claro, que yo nunca podría enamorarle a él.
  Pero lo que yo no sabía es que Catrina no lo decía en broma, y que yo no llevaba tanta razón como me creía...

3 comentarios:

tres de tres dijo...

uuuiii Catrina me parece un poco guarra, que no le quite el chico a Alex que voy pa ya y la pego!!! xD
Bsoos

Anónimo dijo...

Me encanta tu historia, porfa sigue publicando. Besos

Ɔαямɛи dijo...

gracias nónimo espero que tes siga gustando